Una correcta nutrición es importante para los potros sanos, pero cuando el animal tiene un problema de salud, el apoyo nutricional correcto puede ser una herramienta esencial a la hora de ayudar a su recuperación. El mes pasado recibimos una llamada de la clínica veterinaria equina “Horsepital” que nos pedía información sobre los productos adecuados para una potra nacida hacía escasos días y que tenía que ser operada al día siguiente.

Su madre, por lo visto primeriza, pisó a la potra y la fracturó la caña. Por suerte, el lugar de la lesión no estaba cerca de las placas de crecimiento y tenía la posibilidad de una recuperación completa mediante una operación. El propietario decidió salvarla.

Los siguientes días, la operación en sí, y su posterior recuperación serían delicados. Había muchos factores que podrían truncar el éxito.- Así que, había que prestar atención y proporcionar lo mejor para garantizar el éxito. El veterinario no iba a poder dormir mucho en los siguientes días.

Acomodaron a la yegua en un amplio box  con calefacción por luz de infrarrojos para asegurar que la potra no se enfriara. También la pusieron un forro polar (el del propio veterinario) pues el frío podría reducir sus posibilidades de sobrevivir. Tendría que utilizar toda su energía en crecer, en vez de en mantener su temperatura corporal.

Pusimos unos productos en la furgoneta, además de la báscula que utilizamos para calcular las curvas de crecimiento de los potros sanos en las yeguadas, ya que se nos ocurrió que podría ser un dato interesante ver la evolución de la potra antes y después de pasar por el quirófano.

El primer pesaje fue preocupante. La potra pesaba 47,5 Kg., un 20% por debajo de la referencia que tenemos para su raza. Sabiendo que la yegua era primeriza y viéndola nerviosa, dudábamos entre si tenía suficiente leche o, en el caso de tenerla, sufriese de una mastitis que la causara dolor cuando la potra mamaba. Si la potra no recibía suficiente energía, sería muy difícil que aguantase la operación.

Los veterinarios estudiaron la historia de la potra. El propietario había informado de que la potra había recibido calostro. No obstante, llevaron a cabo el análisis de anticuerpos calostrales y la hicieron una transfusión de plasma para aumentar sus defensas. También se proporcionó un refuerzo de glucosa vitaminada para potros recién nacidos ya que no había duda de que la potra había sufrido un estrés enorme con estos acontecimientos.

La madre estaba alterada y muy nerviosa. Los veterinarios la trataron para asegurar la bajada de la leche. Si no hay leche suficiente para el potro, por ejemplo, en casos de mastitis, este hace daño a la madre con sus intentos de mamar y la madre responde de manera violenta.

Pesamos a la madre para poder saber cómo estaba en general, además esto nos daría una idea del posible tamaño de la potra, deduciéndolo por genética. La madre pesaba 590 Kg. y su estado de carnes era correcto. En principio, tenía suficiente grasa para poder producir leche y su salud parecía buena.

Había que esperar a que se estabilizase la potra y escayolarla. También teníamos que pedir una placa específica para una potra tan pequeña. Se operó al quinto día para reducir el estrés y maximizar la posibilidad de una recuperación completa.

El día de la operación se tranquilizó a la madre y la potra fue intervenida quirúrgicamente con anestesia general para unos 60 minutos, poniéndose una placa y tornillos de fijación que posteriormente tendrían que ser extraídos cuando el hueso ya estuviese recuperado. Con suerte, en tres meses se podría retirar la placa y empezar a olvidar el asunto.

La potra tenía que estar en reposo absoluto, en un box con su madre. Esto es más complicado de lo que parece porque la madre tiene que pasear de la mano mientras alguien sujeta, inmovilizando, a la potra cerca de la yegua. Si no sacas a la madre aumentas el riesgo de trastornos digestivos como cólicos, laminitis y lesiones secundarias relacionadas con la inactividad. Además queríamos que la madre aceptase mejor a la potra, y sin nervios, así que había que ejercitarla para que entrase en el comportamiento normal de una yegua madre.

Proporcionamos a la yegua ensilado equino, un forraje con mucho contenido en agua y un pienso para ayudar a la producción de leche. Tuvimos que probar con diferentes piensos. La yegua empezó a comer el forraje con ganas, pero era más melindre con los piensos. Intentamos con un pienso caliente de remolacha, pero no le gustaba. Y terminamos con un pienso caliente con aceite de linaza, copos de cereales y zanahorias mezclado con un pienso de tratamiento veterinario.

Lo teníamos más difícil con la potra. Una potra con solo unos días de edad no puede absorber nutrientes por su sistema digestivo. Lo mejor era que recibiese una leche de buena calidad de su madre. Si empezábamos a empujar su ingesta calórica con biberones, podríamos perjudicar su instinto de mamar, entonces decidimos esperar con los biberones y proporcionar un producto con glucosa y un multivitamínico específico para potros recién nacidos. La glucosa la proporcionaría algo de energía, las vitaminas ayudarían a que cogiese fuerza y con suerte la potra empezaría a recibir suficiente leche de su madre.

Pesamos a la potra 24 horas más tarde. Ganó 0,3 Kg. Un dato positivo porque ganó algo, pero preocupante por otra parte, porque lo normal para una potra de su edad es ganar entre 0,8 a 1,3 Kg. CADA DIA. La potra seguía muy por debajo del tamaño usual para su raza. O empezaba a ganar peso, o no tendría suficientes reservas para aguantar la cirugía.  Los veterinarios decidieron esperar otro día para operar.

Seguimos proporcionando glucosa a la potra  y parecía que la madre ya la dejaba mamar sin problemas. En general, el aspecto no era malo. ¡Mantuvimos los dedos cruzados!.  48 horas más tarde volvimos a pesar a la potra y pesó 48 Kg. Una ganancia de 0,5 Kg. que todavía era lenta pero que la dejaba a tan solo el 18% por debajo de su peso de referencia. Todavía no tenía suficientes reservas  como para operarla, pero por lo menos estábamos en el camino correcto. 24 horas más tarde, después de 5 días de su entrada en la clínica, pesaba 53 Kg. La potra estaba pegando patadas y estaba claramente más viva. ¡Ya se podía operar!.

La potra aguantó la operación con éxito. La pesamos una vez más y anotamos una pérdida de 4 Kg. Normal para una intervención quirúrgica, pero preocupante. La potra solo tenía una semana de edad. Era muy pequeña para aguantar tanto estrés. Las primeras horas iban a ser muy importantes para su recuperación. Seguimos con la mezcla de glucosa vitaminada para la potra, y para la madre pienso enriquecido y ensilado.

Cinco días más tarde la potra estaba claramente mejor. Pesaba 59,5 Kg. Solo el 1% por debajo de su peso de referencia y con una ganancia media diaria de 2,1 Kg. ¡Muchísimo!, incluso demasiado en otras circunstancias, pero después de todo lo que aguantó, era un signo claro que todo iba bien.

Durante su primer mes y medio de vida, en el periodo postoperatorio, se decidió remitirla a la clínica del Instituto Superior del Caballo, para mantenerla en reposo en un box, con cambios semanales de la férula de inmovilización, aumentando su tamaño progresivamente para no interferir en el crecimiento óptimo de la extremidad.  El seguimiento radiológico, reveló una  resolución correcta de la factura. Durante este periodo, la proporcionamos a la potra un pienso específico para potros pequeños con un probiótico para ayudar a la absorción de nutrientes y la maduración del epitelio en el sistema digestivo. Ya con 3 semanas de edad, podía absorber algunos nutrientes si la fuente era la correcta. Queríamos verla con un poquito más de grasa.

En su primer mes de vida, había aguantado lo que pocos caballos hubiesen aguantado bien. La potra estaba alegre y mamando, había pateado a la mayoría de los veterinarios y auxiliares y se notaban sus ganas de salir adelante. La pesamos otra vez más y ya tenía 71 Kg. y alzaba 108 cm. con lo que estaba en su referencia de altura, como cualquier otro potro de su edad, ganaba 1,1 Kg. por día y faltaba muy poco para que se olvidase de todo sus males.

Entonces la proporcionamos un pienso para potros pequeños con un probiótico para ayudar a la absorción de nutrientes, pues con ya 3 semanas de edad podía absorber algunos nutrientes si la fuente era la correcta, y nosotros queríamos verla con un poquito más de grasa.

Tenía un estado de carnes de 5, correcto para un potro sano, pero con el riesgo de posibles problemas postoperatorios, y queríamos verla con más reservas. La primera prioridad tenía que ser su supervivencia y en cuanto  se viera que todo iba bien, podríamos priorizar el prevenir problemas de crecimiento.

Era una alegría verla ya tan fuerte y tan peleona. ¡Los mejores caballos son así! y esta potra tiene todo a su favor para llegar lejos.

Escrito por:

Coby Bolger – Horse1 – Centro de Nutrición Equina www.Horse1.es

Datos del caso clínico: Dr. William Manley Clínica Horsepital (Madrid)

Datos de la recuperación posterior:

La Clínica del Instituto Superior del Caballo, (Aranjuez, Madrid) 

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