El Manejo del Caballo Joven

Todo el mundo sueña con poner a su propio potro y muchos padres compran a su hijo un caballo joven “para que crezcan juntos”. La lógica que siguen es que un caballo contrastado de cierta edad se sabe como es y tiene un precio específico y definido en el mercado, pero un caballo joven es como la lotería, si sale bien, puede superar su precio inicial de compra y convertirse en un sinfín de alegrías. Algo así como encontrar un Picaso en el desván de su casa.

El caballo joven, sin embargo, muchas veces es más complicado de lo que espera su dueño y en muchas ocasiones, no llega nunca a su potencial por un manejo o entrenamiento incorrecto. Una sola mala experiencia puede provocar serios problemas para el resto de la vida del caballo y convertirle en un peligro para su mozo y jinete.

El objetivo a alcanzar para cualquier caballo joven es que sea bien educado, entusiasta en su disciplina y fácil de manejar, transportar y montar. La educación del potro empieza con su madre al nacer y cada contacto con el ser humano le marca de alguna manera. Se puede empezar desde muy joven acostumbrando al potro a lo que le espera a la larga en su relación con el ser humano, para bien o para mal.

El Caballo tiene que ser un Caballo – No otro ser humano

Quizá la equivocación más usual es comprar un potro y comportarse con el como si de otro ser humano se tratase. Juegos en el prado, golosinas escondidas en los bolsillos, abrazos y besos son algunos de los tratos comunes del propietario que quiere un caballo tipo “mascota”.

Hay una diferencia enorme entre un potro pequeño y un caballo maduro. Cuando se empiezan los juegos, el caballo no tiene tamaño suficiente ni sabe su poder para hacer daño al ser humano, sin embargo, un caballo que quiere “jugar” con 600 Kg. contra los 60 kilos de un adulto, resulta incómodo en las mejores circunstancias y puede llegar a ser muy peligroso. Esta regla también se puede aplicar al juego de esconder golosinas. Al principio el caballo hace cosquillas pero no hace daño, al mes es capaz de dejar a su jinete colgando de su chaqueta como una muñeca.

Con el tiempo, el caballo que percibe que el ser humano tiene miedo o aquel que aprende que insistiendo o empujando, consigue lo que quiere, se convierte en un bruto muy difícil de tratar. El caballo tiene que respetar a su mozo y jinete, pero al mismo tiempo no tenerles miedo. Hay que marcar unos límites y pautas de comportamiento. La tranquilidad y la paciencia son fundamentales, hay que mantenerse firmes en muchos aspectos pero siempre desde la lógica. No debe intentar ser ni el mejor amigo ni la madre del potro.

¿En el primer año?

Un manejo correcto produce potros con buena actitud y temperamentos tranquilos. Una buena mano proporciona al potro una confianza que le ayudará toda su vida. Luego, cada uno tiene su propia personalidad, la cual irá afianzándose a lo largo de su carrera.

Hay que acostumbrar al potro al buen manejo de sus cascos lo antes posible. Es importantísimo que el herrador pueda coger sus patas con tranquilidad desde muy pequeño, porque hay que asegurar que no desarrolle aplomos incorrectos debido a un mal herraje o un herraje hecho con prisas. Sus cascos tienen que tener los ángulos adecuados desde el primero momento.

No se debe tener nunca miedo al contacto con su cabeza. Hay que tocar sus orejas y su cabeza pero siempre con suavidad. Cuando se empiezan a utilizar los cepillos de limpieza se debe tener uno especialmente suave para su cabeza y cara. También viene bien acostumbrarle a que le limpien la cara con una esponja. Cuando se de cuenta de que no le hace daño, empezará a disfrutar de este contacto con los humanos.

Se puede poner también una cabezada de cuadra para potros desde muy pequeños; esta debe ser de cuero suave, por si se engancha con algo en el prado o en el box, que se pueda romper fácilmente sin que se haga daño al potro.

Ojo con los mordisquitos. Es normal que todo potro intente morder, como los bebes humanos, es una fase que pasan. Hay que situarse cerca de su hombro y prevenir la situación en que pueda ocurrir el mordisco. Es importantísimo no pegar a un potro alrededor de la sus ojos ya que por el miedo al castigo luego no permitirán que nadie se acerque a su cabeza.

¿En el segundo año?

El caballo en su segundo año tiene que aprender a ir de la mano con obediencia, y a trotar recto, con presencia y quedarse quieto con los pies cuadrados para poder concursar en morfológicos. Cuando se le está enseñando, hay que recordar no llevar puestas las espuelas por si tropezamos. Utilizar un ronzal largo por si se asusta o si se alegra. Se puede llevar una fusta para ayudar a que trote recto y hacia delante; la fusta en esta ocasión no sirve para castigar, sino para guiarle cuando no va recto.

Para preparar un concurso, hay que limpiarle, arreglar sus crines y cola y poner grasa en los cascos, luego tiene por tanto que aprender a estar atado, y tendrá que practicar a entrar y salir de un camión o remolque. Cada tipo de morfológico tiene sus requisitos pero un caballo que está acostumbrado a trotar sin pisar a la persona que le está enseñando siempre es una ventaja. Cada buena experiencia que tiene un caballo es algo que le va a servir positivamente a lo largo de su carrera deportiva. Cuando llegue a su primer concurso montado, con cuatro o cinco años, no pasará tantos nervios y estrés, y cogerá experiencia más rápido.

Si va a presentar el caballo en competición de la mano, hay que empezar a acostumbrar al potro a tener un filete en su boca. Se debe utilizar un filete suave de potro, con goma o hueco del tamaño correcto (no demasiado ancho ni fino) y que no roce su boca. Se puede poner el filete y dejárselo puesto (sin riendas) en el box durante 20 minutos. Cuando se haya tranquilizado, después de un par de días, se le puede poner una cabezada de cuadra encima y dar un paseo en mano. Poco a poco, hay que empezar a utilizar menos el ronzar de la cabezada de cuadra y más las riendas para llevar el caballo, pero sin agobiarle.

Átele siempre con un cordel rompible, es mejor que se ate en su box o un sitio seguro. Si se asusta y se hecha hacia atrás, el cordel se romperá y así no se hará daño. Para prevenir que salga de las instalaciones en el caso de que se escape, deben mantenerse siempre cerradas las puertas que llegan a la carretera. Hay que tener cierto cuidado también de que no vaya a resbalar en la superficie en la que nos encontremos. Si es posible no montar ni pasear en cemento al caballo joven.

Para viajar, hay que enseñar al potro como subir y bajar fácilmente de un camión o remolque. Hay un sinfín de libros y profesionales dispuestos a ayudarle en este tema. Si no tiene éxito siguiendo los puntos más básicos, busque ayuda, ya que un potro que no viaja bien, no puede llegar a las competiciones.

Si no tiene transporte propio, pídale a un amigo un camión o un remolque para practicar. Se puede incluso dar de comer dentro del vehículo y luego dar una vuelta de15 minutos con un caballo con más experiencia, para que no se sienta solo. Si se mete el caballo con más experiencia primero y el camión o remolque tiene luz y está abierto por adelante, no tendrá muchos problemas para convencer al potro, pero nunca se debe practicar en un remolque sin tenerle enganchado a un vehículo para que esté bien estable.

Es imprescindible antes de comenzar a pedirle que embarque, que ya camine correctamente hacia adelante con el ronzal. No debe mirar hacia atrás al potro desde el remolque. El potro tiene que seguirle directamente cuando entre con decisión. Si duda la primera vez, déjele mirar la entrada un momento. No debe bloquear las ventanas con redes de heno. El potro entrará con mas confianza si la entrada esta despejada y con luz. Se puede ayudar guiando al potro a la entrada del camión o remolque con unas cuerdas y un toque en el momento adecuado con una fusta de doma o de dar cuerda, pero hay que evitar a toda costa las escenas de rodeo en las que el caballo se niega rotundamente a entrar.

Cuando se conduce el remolque, la palabra clave es despacio y sin aceleraciones ni fuerzas centrífugas en las rotondas, es decir pisando huevos. El caballo que se siente seguro y no se lleva sustos es el caballo que viaja bien. Las prisas no llevan a nada. Si otros conductores que circulan detrás de nosotros se ponen nerviosos en las curvas o en cualquier sitio, es su problema.

¿En el tercer y cuarto año?

Cuando tiene 3 años se puede empezar a introducirle la montura y a trabajar de manera suave. Muchos jinetes empiezan a montar el caballo unos meses y luego lo vuelven a soltar en el prado para que crezca. De esta manera permitimos que su cuerpo se vaya desarrollando naturalmente durante unos meses más, y cuando vuelva a la cuadra ya tiene un mínimo de experiencia.

El potro debe ya disfrutar con su limpieza diaria. Hay que afinar ya los cuidados en la cuadra para prepárale para salir a concursar. El potro no se debe extrañar si queremos lavar y acondicionar su cola. Debe quedarse quieto si queremos cortar las pelos que sobran en sus orejas. Ahora es el momento de acostúmbrele a la maquina de esquilar y a su ruido. Siempre esquile con las cuchillas muy afiladas pare que no le tiren del pelo. También debe asegurar que la máquina no se caliente. Si le hace daño, en el futuro será más difícil esquilar.

La Limpieza del Box

Si el potro vive entre un box y el prado, es mejor y mas fácil limpiar el box cuando esta en el prado. Cuando el potro ya es mayor, y va a una cuadra en que no puede vivir fuera, si no se puede limpiar el box cuando trabaja el potro, se debe atar el potro para que no se escape ni tenga ningún riesgo de hacerse daño con la carretilla. Hay que enseñar el potro moverse para que tengamos acceso a todo el box, pero no se debe nunca achuchar ni pegar el potro con el tenedor.

La Llegada del Potro Nuevo

La llegada del potro nuevo es clave para empezar con buen pie. Ahora no es el momento para equivocarse o tener sustos. Está probado que en el primer mes en que llega un caballo, suele pasar algún tipo de accidente así que hay que empezar con la prevención.

Cuando baje del camión, hay que darle agua, asegurar que ha viajado bien, que no tenga ningún roce ni problema. Es mejor que se tranquilice en su box un rato. Póngale algo de heno y déjele en paz. Si está tranquilo después de unas horas, se puede llevar de la mano y pasear. No se debe soltar el caballo en un prado porque puede empezar con galopes y hacerse daño. Si está realmente nervioso, debe ponerle en un box donde pueda ver a otro caballo si es posible. Si el potro intenta saltar la puerta de su box, ciérrele y háblele tranquilamente desde fuera. También se puede poner otro caballo maduro y tranquilo cerca de la puerta o en la cuadra de al lado para que se tranquilice.

Después de un viaje, es normal que el caballo llegue algo agitado y puede estar deshidratado. Aunque tenga que ganar peso, hay que tener paciencia la primera semana y darle mucho heno (mojado durante 20 minutos si puede ser) y un pienso suave para que se recupere. Necesita tiempo para pasar el estrés de su nuevo entorno y para crear una flora intestinal para digerir su nuevo pienso.

Otro problema típico que surge con un potro importado es que se les irritan los ojos con las moscas en el primer verano que pasan aquí. Una mascara de moscas previene cualquier irritación que pueda surgir.

El Trabajo

Cuando se empieza con el trabajo del potro, este va a depender de su disciplina. Hay concursos morfológicos y subastas para todo tipo de caballos a partir de casi el destete. Los potros destinados al hipódromo empiezan a trabajar con 2 años. También, hay concursos de salto en libertad y presentación de aires desde los 2 años. Los caballos de salto y doma se empiezan a trabajar montados normalmente a los 3 años, pero muy suavemente como toma de contacto y vuelven al campo para descansar y crecer. Los caballos criados en Irlanda cazan con frecuencia a partir de los 3 o 4 años y el caballo destinado a completo no empieza a competir en campo hasta los 5 años, aunque es usual que empiecen a participar en concursos de doma y salto de pista con 4 años.

La primera lección que debe aprender el potro es estar tranquilo con una montura puesta y un jinete encima. Mucha gente empiecen un caballo en el box con la montura puesta y luego ponen su peso encima poco a poco. Dan cuerda al potro con la montura y después con un jinete encima que empieza a coger las riendas e introducir el potro a la pierna. Ahora hay profesionales como Monty Roberts que son capaces a introducir el caballo a la montura y el jinete en media hora. Lo que tienen en común todos los sistemas es que el caballo aprenda aceptar la montura y el jinete sin miedo ni sustos.

Cuando el caballo ya esta introducido a la montura y acepta al jinete, el siguiente lección es que tiene que ir siempre hacia alante y recto. Hay muchas maneras de enseñarle pero una de las más fiables es trabajándole en el campo, en una pista de galope o en una pista grande. Otro ejercicio bueno es conducir el potro con riendas largas, pero esto se debe hacer solo si tiene experiencia o trabaja con un entrenador profesional. Sirve de mucha ayuda al principio si le puede acompañar un amigo con otro caballo maduro y tranquilo, el potro se relajará mucho. Merece la pena incluso pagar a un profesional que lo haga si tiene miedo o le falta experiencia o tiempo para empezar bien con el potro.

Un buen contacto de boca también es importante que lo adquiera el potro. No hay que pedirle que trabaje redondo ni tendrá los músculos necesarios para hacerlo. Hace falta que el busque el contacto con el filete y mantenga la mandíbula relajada para empezar.

Cuidado con las Alegrías

Los potros empiezan sin conocimientos ni músculos pero después de un mes de trabajo serio y buena comida, pueden empezar a botarse o buscar razones para asustarse. Como niños que son, tienen mucha energía y poco espacio y tiempo donde gastarla. Mientras que un bote de alegría no hace daño a nadie, si el caballo lo hace a menudo puede empezar a ser peligroso. A ningún jinete le gusta besar el suelo y además un caballo suelto puede hacerse daño a si mismo y a todos los que tiene a su alrededor.

Ahora, también hay que decir que cada caballo tiene su propia personalidad y mientras que no sea peligroso, hay que dejarle cierta libertad. En realidad es casi imposible dominar por la fuerza 500 Kg. de caballo, así que más vale convencerle para que coopere con nosotros.

No se debe dejar al caballo joven en el box varios días seguidos. Cuando salga, lo hará como un diablo y puede hacer daño tanto al jinete como a sí mismo. Si sale demasiado fuerte, dele cuerda antes de montarle.

No es una buena costumbre dar a un potro golosinas porque pueden coger el vicio de morder. Sin embargo, una golosina después de una sesión buena de trabajo es un incentivo positivo. Se debe ofrecer la golosina siempre al final de trabajar y en el mismo sitio.

La Filosofía del Pienso

En general recomendamos a los propietarios o jinetes de un potro una dieta más bien suave para que no tengan mucha energía. Aunque muchos empiezan tranquilos, cuando ya saben de que va y empiezan a muscular con lo que adquirien mayor fuerza, se ponen contentos y pueden empezar a buscar lío. Es normal, son jóvenes y la vida es buena. Personalmente, normalmente es preferible trabajarles suave y ganar músculo poco a poco. La actividad menos favorita del la mayoría de los jinetes es intentar mantenernos encima de la montura mientras el caballo se pega botes, coces, sustos….etc, y aunque sean “alegrías” ¡Cuantas menos mejor!

Sin embargo, hay otras filosofías. El año pasado, estábamos viendo las pruebas de cuatro años de ANCADES en el Club de Campo. Salió Luis Álvarez Cervera con un semental impresionante, enorme y poderoso. Hizo cero, pero se pegó botes, sustos, casi se dio el doble en caer y partir, saltó el doble de altura en todos los saltos, o sea, le hizo de todo, solo le faltaba echar fuego por la nariz. Salió Luis de la pista y me dice, “¿sabes lo que le doy de comer?” y yo pensaba, “yo le daría heno y una multi-vitamina y poco más”.- ¿Qué? respondí yo. “RACING MIX (¡el pienso más fuerte que hay!)” me decía con satisfacción. “¡Así sale alegre a la pista!” Así que si monta como Álvarez Cervera puede que haya que barajar otras filosofías sobre el pienso para los potros.

Lo importante para producir un caballo joven es afrontar cada fase de tal manera que el caballo siempre se fíe de su jinete y de la persona que lo maneja en la cuadra. El potro nunca debe tener la sensación de tiene que protegerse contra lo que le pedimos. No hay que pedir a un caballo hacer algo para lo que no ha recibido preparación. Los caballos son inteligentes y normalmente quieren hacer lo que nosotros les pedimos, pero tienen que entender que es lo que queremos. Cada caballo tiene sus talentos y sus limitaciones según su personalidad y hay que conocerle y respetarle.

En los altos niveles de competición, es importante querer ser competitivo, pero cuando se empieza con un caballo, hay que analizar como ha respondido el animal independientemente del resultado. Un recorrido de salto, hecho despacio pero con cabeza sirve más que un recorrido alocado en el que hallamos ganado un trofeo pero sin que el potro respetase ni las distancias ni las pautas correctas para saltar. El caballo de doma con un apoyo falso o que se le empuja hacia los movimientos avanzados sin desarrollar su fuerza de dorso ni su rectitud previamente, no podrá subir de nivel y tendrá un mayor riesgo de lesiones. Es nuestra responsabilidad como jinetes y propietarios, manejar nuestros caballos jóvenes con cabeza, o tomar el camino más fácil y comprar un caballo ya maduro que sirva directamente para lo que queremos hacer a caballo.

Artículo publicado por la revista Ecuestre en 2003

Escrito por Coby Bolger HORSE 1 – S PILLERS www.horse1.es

Fuentes de Información:

Luis Alvarez Cervera

Training the Young Horse por Pippa Funnell

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